Hay que volver a la Constitución de 1853

TEXTO: Luis José Vincent de Urquiza y Rafael Sarmiento

La Constitución Nacional de 1853, reformada en 1860, fue siempre la prenda común de unión y de progreso para los argentinos. Gracias a las ideas imperantes en esa Carta fundacional, el orden social de la libertad fue mejorando hasta hacernos un pueblo libre y de progreso. Recordará que vencida la tiranía de Rosas, después de Caseros, se hizo posible un sistema ordenado y prolijo que, siendo republicano por la división de poderes, era fundamentalmente

federativo por el reconocimiento de las autonomias provinciales. La República, se hizo por voluntad y elección de las provincias que la componen. En este sistema político, se destacaron por su obrar: Alberdi, Sarmiento, Urquiza, Mitre y Roca entre otros esclarecidos patriotas. Pero en 1943 un golpe militar de neto corte fascista, como fue el de Perón, volteó la Constitución Nacional en el año 1949 procurando modificar el mandato genético de la de 1853. Finalmente no lo logró porque la Revolución Libertadora de 1955 repuso en 1956 la Histórica Constitucion fundacional.

Pasó el tiempo en medio de las penurias impuestas por la presencia peronista y también por las ordas guerrilleras y los golpes militares y, cuando parecía reivindicarse el sistema genético, la codicia del peronismo y la impudicia de Alfonsin a través del denominado Pacto de Olivos, volteó la Constitución Histórica de 1853 para establecer con la de 1994 un sistema unitario, de unidad de mando consolidado en unidad de régimen. Se les privó a las provincias de los Colegios Electorales, se impuso la elección directa y la reelección perdiéndose así el control de los pueblos provinciales, la periodicidad y la rendición de cuentas.

Se declamaba una democracia en un sistema que enmascaraba una forma sutil de totalitarismo:el que ejercia el Movimiento Gremial y su partido politico, el peronismo. La actual ley electoral amparada por la actual constitución tiene en cautiverio a tantos y tantos no afiliados a los dos partidos dominantes. Argentina ha detenido su marcha porque carece de sistema. Con la Constitución del 53, que debe reivindicarse, se podrán reponer el federalismo y las economias regionales. Los partidos políticos dejarán de ser corporaciones que solo sirven intereses de grupos dominantes. La periodicidad y la rendición de cuentas será posible. Creemos que algunas modificaciones deberán hacerse, pero enderezadas a fortalecer las autonomías provinciales. Las Constituciones de provincias deberán ser más exigentes con el Gobierno central y con el Congreso Nacional. Si el gobierno es bueno. una duración de 6 años evita una reelección. Pero si es malo, muy malo, al Presidente se le pide juicio politico. Hoy el peronismo y algunos radicales están poniendo en peligro la democracia indirecta, y el sistema representativo, lo que no es bueno del todo.

Es necesario mantener el principio de que el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes; pero ellos deben ser honestos, eficaces, rendir cuentas y turnarse en los mandatos. Los principios cardinales para el progreso en paz y en libertad están puestos en esa Constitución Histórica que nos dieron nuestros padres fundadores. ¡Por eso es que debemos reclamar la vuelta a esa Ley suprema! Les agradecemos que nos haya leído. Nos interesa saber su dirección, mantener un intercambio de opiniones y poder aclararle cualquier duda o inquietud al respecto.

Luis José Vincent de Urquiza
lurquiza@fibertel.com.ar

Rafael Sarmiento
sarmiento@sminter.com.ar